Las chicas
de

«Las chicas» de Emma Cline, es una novela que se basa en los hechos que cometieron los integrantes de la Familia Manson, a finales de los años 60, aunque va a mucho más allá de todo aquello. Yo la definiría como el retrato pormenorizado de la juventud y, sobre todo, de la mujer, de la mujer de entonces y de la mujer de ahora, y de las escandalosas y vergonzantes similitudes entre ambas.

Bilogía Lucía
de

A primera vista, la Bilogía Lucía de Saray García recuerda muy mucho a saga de Elísabet Benavent. El uso del nombre de la protagonista para conformar la saga, los propios títulos consecutivos de las dos novelas, además, claro está, de la propia historia: novela de amor calentita y romántica, como macizorros a granel, amigas locas y zapatos y ropa de marca. Además, tal como ocurre en las novelas de @betacoqueta, la Bilogía Lucía también engancha mogollón.

Miss zapatos de lujo
de

«Miss zapatos de lujo» de Ana Canterero no es que sea un hito en la historia de la literatura, ni siquiera de la chick-lit, sin embargo, opino que es una novela honesta, que está bien escrita, que engancha, que no se va por las ramas, que no decae hasta el final y que no tiene a una protagonista tarada a la que quieres matar. Y, a estas alturas de la película, todo esto se valora…

El mar de la tranquilidad
de

Empecé a leer El mar de la tranquilidad de Katja Millay por las buenas críticas, la verdad. Que si era un libro único, que si los personajes eran diferentes, que si era una historia muy dulce y emotiva. Ya sabéis que mis opiniones, la mayor parte de las veces, difieren bastante de las del resto del personal. De hecho, este blog se ha convertido en una especie de remanso de compresión para personas que leen libros y cuya opinión acerca de estos no coincide con la de la mayoría… ¡Dios bendiga a los diferentes!

Te esperaré
de

Comencé a leer Te esperaré de J. Lynn suponiendo que encontraría, de nuevo, el típico libro con prota-malote-y-un-poco-perturbado. Ahora que lo pienso, creo que debería trabajar sobre este punto. ¿Por qué sigo dándole oportunidades a este tipo de novelas si ya sé de plano lo que me voy a encontrar? Supongo que tiene algo que ver con la eterna esperanza de toparme, para variar, con… algo especial. Qué os puedo decir. Cuando una es romántica, tiene que serlo con todo y para todo.

Maldad latente
de

El mayor reclamo de «Maldad latente» de Sandra Brown era, sin duda, la extraña unión que proponía entre novela negra y romántica. En verdad, una mezcla difícil de encontrar y de llevar a cabo de manera exitosa. Yo, que como sabéis no soy amante de la novela policíaca, me atreví a leerla porque me llamaba la atención el asunto del secuestro. Sí, ya sé que soy un poco rarita — en realidad, después de lo que hemos leído, todas los somos — pero tenía cierto interés en todo lo relacionado con el síndrome de Estocolmo y las relaciones que comienzan en circunstancias tan fatales. Admito que aquellos años de lectura desenfrenada sobre BDSM han hecho mella en mí.

Marlene
de

Marlene es la segunda obra de Florencia Bonelli. Vio la luz allá por 2003 y, aunque en líneas generales me ha gustado, he de reconocer que me costó bastante reconocer a la autora en esta novela. Se empiezan a perfilar temas que serán de trascendencia en su obra: la sensualidad de los personajes, el gusto por las grandes historias, la visión integral del personaje, la pasión por la historia argentina; sin embargo, todo está como hilvanado, como a medio hacer.

Saga Laura va a por todas
de

Empecé a leer Laura va a por todas de Marta Francés sin saber que era la primera parte de una saga. No es por el hecho de que el segundo de los libros no se haya publicado aún. Ya sabéis que últimamente me salto a la torera la regla de oro de no leer sagas inclusas, así que, si hubiera tenido el dato, la hubiera leído igual. El título me enganchó desde el principio, no tenía escapatoria. No me preguntéis por qué — creo que es asunto de estudio parapsicológico — pero me recordaba muchísimo a novela de Susan Elisabet Phillips, e irremediablemente me daba buen rollo. No obstante, admito que, si hubiera sabido que este Laura va por todas era el inicio de una saga, la hubiera leído desde otra perspectiva. ..

La voz de Archer
de

«La voz de Archer» de Mia Sheridan es un libro que no está mal. Engancha muchísimo (sí, otra vez me he pasado el santo día leyéndolo, hasta terminarlo) y se deja leer. Es romántico, sexy y la verdad es que el personaje masculino no está nada mal. De hecho, es una de las mejores cosas que tiene la novela: el bueno de Archer. Por lo demás, es un libro más, uno del montón. Es bastante previsible.

Tal vez mañana
de

Tal vez mañana es una novela muy dulce. Tal como me pasó con la anterior novela que leí de Colleen Hoover, aunque se trata también de una historia para jóvenes adultos, tienes la sensación de que podría ser un libro que le gustaría a cualquier persona de cualquier edad. Los personajes apenas se besan, no hay sexo entre ellos, pero es tal la carga sexual, el nivel de enganche que experimentas, que tampoco es algo que llegues a echar manifiestamente de menos. A ver, que ya tenemos unas edades y, muchas veces, las novelas que no pasan del piquito en los labios se vuelven desesperantes. Pero, en el caso de Tal vez mañana, este comportamiento está más que justificado.