Si me seguís, ya sabréis que soy muy, muy fan de Rainbow Rowell y, por supuesto, de sus novelas. Carry On o Moriré besando a Simon Snow, como la han querido llamar en español, era la última que me quedaba por leer. Mi amiga Soff me lo recordaba constantemente… ¿verdad? El problema es que Moriré besando a Simon Snow no se encontraba traducida a la lengua de Cervantes hasta hace relativamente poco y yo, sinceramente, disfruto mucho más leyendo libros en mi idioma. ¿Qué le vamos a hacer? En cuestión de libros, soy así de cateta.