Saga Laura va a por todas

Empecé a leer Laura va a por todas de Marta Francés sin saber que era la primera parte de una saga. No es por el hecho de que el segundo de los libros no se haya publicado aún. Ya sabéis que últimamente me salto a la torera la regla de oro de no leer sagas inclusas, así que, si hubiera tenido el dato, la hubiera leído igual. El título me enganchó desde el principio, no tenía escapatoria. No me preguntéis por qué — creo que es asunto de estudio parapsicológico — pero me recordaba muchísimo a novela de Susan Elisabet Phillips, e irremediablemente me daba buen rollo. No obstante, admito que, si hubiera sabido que este Laura va por todas era el inicio de una saga, la hubiera leído desde otra perspectiva. ..

La voz de Archer

«La voz de Archer» de Mia Sheridan es un libro que no está mal. Engancha muchísimo (sí, otra vez me he pasado el santo día leyéndolo, hasta terminarlo) y se deja leer. Es romántico, sexy y la verdad es que el personaje masculino no está nada mal. De hecho, es una de las mejores cosas que tiene la novela: el bueno de Archer. Por lo demás, es un libro más, uno del montón. Es bastante previsible.

Tal vez mañana

Tal vez mañana es una novela muy dulce. Tal como me pasó con la anterior novela que leí de Colleen Hoover, aunque se trata también de una historia para jóvenes adultos, tienes la sensación de que podría ser un libro que le gustaría a cualquier persona de cualquier edad. Los personajes apenas se besan, no hay sexo entre ellos, pero es tal la carga sexual, el nivel de enganche que experimentas, que tampoco es algo que llegues a echar manifiestamente de menos. A ver, que ya tenemos unas edades y, muchas veces, las novelas que no pasan del piquito en los labios se vuelven desesperantes. Pero, en el caso de Tal vez mañana, este comportamiento está más que justificado.

Cicatriz

Con Cicatriz de Sara Mesa me ha ocurrido algo parecido. Según mi punto de vista, es un libro espectacular. Maravillosamente bien escrito y documentado, su lectura es tan fluida e intensa, que apenas te dura unas horas en las manos. Y eso que no es precisamente un libro fácil o políticamente correcto.

La chica de Pablo

Cuando leí la sinopsis de La chica de Pablo de Naiara Domínguez, no sabía que era una novela fanfic y que el protagonista era Pablo Alborán. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera leído ni loca. Por un lado, la fanfic genera en mí sentimientos contradictorios. En lo concerniente a personajes literarios puedo llegar a entenderla e, incluso, a valorarla. Cuando se trata de personajes reales… me parece bastante raro y, desde luego, algo muy encaminado a un tipo de público muy concreto: las fans.

Saga Calendar Girl

No sé si también os pasa, pero con esto del retargeting y la publi personalizada en internet, la saga Calendar Girl de Audrey Carlan estaba por todas partes. Hasta en la sopa. Tu próxima obsesión es el claim que utilizan para publicitarla, y aunque siempre me vanaglorio — falsamente — de que estoy por encima de estas estrategias mercadotécnicas, reconozco que volví a caer. Y eso que me lo pensé muy mucho.

Maldito Romeo

Desde fuera, y sin mirar demasiado su argumento, he de reconocer que Maldito Romeo de Leisa Rayven desprendía un tufo a novela sobre chico malote que tiraba para atrás. Sí, una del tipo de la Trilogía Crash, Maravilloso desastre o la Serie After; de esas donde el protagonista está bastante perturbado, pierde los papeles en cuestión de segundos y tiene una novia bastante mojigata que le perdona lo imperdonable.

La maldición del ganador (Trilogía del ganador)

Como suele ocurrirme más veces de las que me gustaría, cuando empecé a leer La maldición del ganador de Marie Rutkoski, la primera parte de la Trilogía del ganador, no sabía muy bien en lo que me metía. A ver, estoy un poco loca, a veces tengo la inteligencia de una babosa, pero suelo leer las sinopsis de todo lo que leo. Sin embargo, tal como lo hago y me bajo el primer capítulo al Kindle, se me olvidan y, cuando finalmente paso a la acción, ya no tengo ni idea de lo que estoy leyendo y por qué pensé que me podría llegar a gustar. Así que, como os digo, cuando empecé con el libro, reconozco que esperaba encontrar otro tipo de historia…

Mi isla

Después de las últimas experiencias con las novelas de Elísabet Benavent — y con las de mis autores favoritos en general— tengo que admitir que empecé Mi isla con miedo. Con miedo y muchas ganas. Aunque siempre os he dicho que no había perdido la esperanza con @betacoqueta y que estaban por venir — seguro — mejores novelas que las últimas, en el fondo, soy tan pesimista que pensaba que, irremediablemente, mi idilio con ella se había ido totalmente al garete. Ya me pasó, en cierto modo, con las novelas de mi idolatrada Marian Keyes. Quizás os suene un tanto extremo, pero tenía medio decidido que, si no me gustaba Mi isla, era muy probable que me diera un respiro con el resto de sus libros. Como en las historias de amor, a veces, es mejor terminarlas antes de que todo se vuelva feo. ¡Quedemosnos con lo mejor, no!?

En las manos de las furias

En las manos de las furias de Lauren Groff, es una novela que llegó a mi encumbrada por grandes titulares. Bestseller de The New York Times; Finalista del National Book Award; Mejor novela del año en Amazon; Mejor novela del año según Obama… (¡según Obama! Ni más ni menos). Como ya sabéis, suelo hacerle poco caso o ninguno a este tipo de estrategias… Aunque, lo del Mr. President me tocó la fibra… Bromas a parte, cuantas más purpurina le pongan a una novela, más suelo huir de ella; cuanto más la anuncien en radio o televisión, más a chamusquina me huele; y, aunque hay honrosas excepciones, no me suelo equivocar al pasar de ellas.