Cicatriz
de

Con Cicatriz de Sara Mesa me ha ocurrido algo parecido. Según mi punto de vista, es un libro espectacular. Maravillosamente bien escrito y documentado, su lectura es tan fluida e intensa, que apenas te dura unas horas en las manos. Y eso que no es precisamente un libro fácil o políticamente correcto.

La chica de Pablo
de

Cuando leí la sinopsis de La chica de Pablo de Naiara Domínguez, no sabía que era una novela fanfic y que el protagonista era Pablo Alborán. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera leído ni loca. Por un lado, la fanfic genera en mí sentimientos contradictorios. En lo concerniente a personajes literarios puedo llegar a entenderla e, incluso, a valorarla. Cuando se trata de personajes reales… me parece bastante raro y, desde luego, algo muy encaminado a un tipo de público muy concreto: las fans.

Saga Calendar Girl
de

No sé si también os pasa, pero con esto del retargeting y la publi personalizada en internet, la saga Calendar Girl de Audrey Carlan estaba por todas partes. Hasta en la sopa. Tu próxima obsesión es el claim que utilizan para publicitarla, y aunque siempre me vanaglorio — falsamente — de que estoy por encima de estas estrategias mercadotécnicas, reconozco que volví a caer. Y eso que me lo pensé muy mucho.

Maldito Romeo
de

Desde fuera, y sin mirar demasiado su argumento, he de reconocer que Maldito Romeo de Leisa Rayven desprendía un tufo a novela sobre chico malote que tiraba para atrás. Sí, una del tipo de la Trilogía Crash, Maravilloso desastre o la Serie After; de esas donde el protagonista está bastante perturbado, pierde los papeles en cuestión de segundos y tiene una novia bastante mojigata que le perdona lo imperdonable.

La maldición del ganador (Trilogía del ganador)
de

Como suele ocurrirme más veces de las que me gustaría, cuando empecé a leer La maldición del ganador de Marie Rutkoski, la primera parte de la Trilogía del ganador, no sabía muy bien en lo que me metía. A ver, estoy un poco loca, a veces tengo la inteligencia de una babosa, pero suelo leer las sinopsis de todo lo que leo. Sin embargo, tal como lo hago y me bajo el primer capítulo al Kindle, se me olvidan y, cuando finalmente paso a la acción, ya no tengo ni idea de lo que estoy leyendo y por qué pensé que me podría llegar a gustar. Así que, como os digo, cuando empecé con el libro, reconozco que esperaba encontrar otro tipo de historia…

Mi isla
de

Después de las últimas experiencias con las novelas de Elísabet Benavent — y con las de mis autores favoritos en general— tengo que admitir que empecé Mi isla con miedo. Con miedo y muchas ganas. Aunque siempre os he dicho que no había perdido la esperanza con @betacoqueta y que estaban por venir — seguro — mejores novelas que las últimas, en el fondo, soy tan pesimista que pensaba que, irremediablemente, mi idilio con ella se había ido totalmente al garete. Ya me pasó, en cierto modo, con las novelas de mi idolatrada Marian Keyes. Quizás os suene un tanto extremo, pero tenía medio decidido que, si no me gustaba Mi isla, era muy probable que me diera un respiro con el resto de sus libros. Como en las historias de amor, a veces, es mejor terminarlas antes de que todo se vuelva feo. ¡Quedemosnos con lo mejor, no!?

En las manos de las furias
de

En las manos de las furias de Lauren Groff, es una novela que llegó a mi encumbrada por grandes titulares. Bestseller de The New York Times; Finalista del National Book Award; Mejor novela del año en Amazon; Mejor novela del año según Obama… (¡según Obama! Ni más ni menos). Como ya sabéis, suelo hacerle poco caso o ninguno a este tipo de estrategias… Aunque, lo del Mr. President me tocó la fibra… Bromas a parte, cuantas más purpurina le pongan a una novela, más suelo huir de ella; cuanto más la anuncien en radio o televisión, más a chamusquina me huele; y, aunque hay honrosas excepciones, no me suelo equivocar al pasar de ellas.

Saga Búscame en tus sueños
de

No ocurre todo lo a menudo que a mí me gustaría, pero, de vez en cuando, hago caso a vuestras recomendaciones. En esta ocasión, la propuesta vino de parte de Brea Opaeri que, conocedora de mi amor incondicional por lo escocés, los kilts y los viajes en el tiempo, tuvo a bien recomendarme Búscame en tus sueños, de Caroline March, un libro muy en la línea de Outlander que a Brea, por lo menos, le enganchó bastante.

Empezar de nuevo
de

Como sabéis, desde hace unas semanas, estoy de lleno con Isabel Keats y sus novelas. Ahora, le toca el turno a Volver a empezar, que vio la luz en 2013 y fue galardonada con el Premio Digital HQÑ. Aunque Volver a empezar es una novela agradable, que se lee a buen ritmo y que engancha bastante, tengo que admitir que, de todos sus libros, es el que menos me ha gustado.

Algo más que vecinos
de

Cada uno de nosotros, en lo más íntimo de nuestro ser, escondemos algo que, de vez en cuando, sale a dar un pequeño garbeo, y que, casi siempre, intentamos refrenar. Hay personas que albergan en su ser auténticos demonios; otras que van de duras por la vida, cuando resulta que, en su interior, son más dulces que los perritos de Scottex; y otras que, en la intimidad de su domicilio, dan rienda suelta a los gustos sexuales más dispares.