Jasy
Trilogía del perdón #1

Un amor que nace con la vida. Febrero de 1736. El padre Ursus, superior de la misión jesuítica de San Ignacio Miní, navega por el río Paraná junto a su protegido, un niño de cinco años, Aitor Ñeenguirú. Ordena a los bogadores que detengan la balsa al escuchar unos gritos desgarradores provenientes de la orilla. Descubre que se trata de una joven mujer de origen europeo, que acaba de dar a luz a una niña. La muchacha muere, pero la niña está con vida, por lo que se apresuran a llevarla a la misión, donde la bautizan como Emanuela. Así comienza esta potente e intensa historia de amor y de aventuras entre Aitor, séptimo hijo varón de la familia Ñeenguirú, el maldecido del pueblo, señalado y discriminado como el lobisón y Emanuela, la bendita de San Ignacio Miní, a quien llaman "la niña santa" por sus poderes para curar a la gente y a los animales. En el marco de la colonización y la evangelización del sur de América, con un compacto abanico de personajes secundarios bien perfilados y con una apretada trama que nos lleva a recorrer la vida y las costumbres en las misiones jesuíticas, Florencia Bonelli, la reina de la novela histórico-romántica, nos entrega su nueva y apasionante historia que, una vez más, provocará el entusiasmo y la celebración de sus miles y miles de lectores.

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Almanegra
Trilogía del perdón #2

¿Puede el amor verdadero perdonar una traición? Emanuela ha abandonado la seguridad de la misión jesuítica en la que se crió entre guaraníes y se ha refugiado en la casa de la familia del padre Ursus, en Buenos Aires. Agobiada por la pena que significa la traición de su único amor, Aitor Ñeenguirú, intenta reconstruir su vida sin saber que en la ciudad la acechan peligros, como el del Santo Oficio de la Inquisición, que la perseguirá por sus dotes de sanadora. Aitor solo vive para volver a ver a Emanuela y pedirle perdón. La esperanza del reencuentro lo ayuda a levantarse cada mañana. Pero los meses pasan y se convierten en años, y Emanuela no aparece. En la segunda entrega de la Trilogía del Perdón, los corazones de los lectores palpitarán junto al de estos dos personajes que una vez creyeron que su amor resistiría todas las pruebas. ¿Finalmente les demostrarán la vida y sus trampas que eso no es verdad?

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La tierra sin mal
Trilogía del perdón #3

Solo el amor verdadero puede perdonar. Emanuela y Aitor han vuelto a separarse. Ella espera a su primer hijo refugiada en Orembae, la hacienda de su gran amigo Lope de Amaral y Medeiros. Aitor parte en busca de una mina de estaño para cumplir con su sueño de volverse rico y así poder ofrecer a Emanuela una vida desahogada y placentera. Mientras tanto, el Santo Oficio de la Inquisición, representado por el temido fray Claudio de Ifrán y Bojons, acecha a Emanuela a causa de su fama de "niña santa". Pero el monje dominico no es el único que amenaza la felicidad de la pareja. Las correrías de Almanegra no se olvidan y antiguos enemigos regresan para cobrar venganza. La tierra sin mal pone fin a esta épica historia de aventuras, amor, traición y amistad. La última y esperada entrega de la Trilogía del perdón, la obra más polémica de Florencia Bonelli.

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Reseña

Hace ya algunas semanas, cuando os hablaba de Horizonte Martina, os comentaba que, supermotivada por leer lo último de Elísabet Benavent, había dejado a medias Jasy de Florencia Bonelli, el primer libro de la Trilogía del perdón. Ya sabéis que, desde que di con su Trilogía Caballo de Fuego, soy muy muy fan de la autora argentina, y la verdad es que pocas veces me ha decepcionado. Aunque, al principio, tuve algunos problemas con su forma de escribir (maldita barrera idiomática), ahora, he de reconocer que es algo de ella que me encanta y que valoro muchísimo. Me fascina la manera tan dulce y sosegada que utiliza para narrar las más dispares situaciones. Leerla es como adentrarse en un libro de Jane Austen, donde todo fluye suave y te atrapa sin remedio..

Como suele ocurrirme con las novelas de Bonelli, reconozco que me costó muchísimo pasar de las primeras páginas de Jasy, el primer libro de esta Trilogía del perdón. Sin embargo, como digo, no es un caso aislado en lo que a Florencia se refiere, por lo que sabía que, tarde o temprano, y con paciencia, conseguiría pasar el escollo de los primeros capítulos. Ya me pasó con su Caballo de Fuego, ¡y menos mal que no me di por vencida! Estuve a puntito de dejarlo de lado…

Así que seguí con Jasy y, con todo mi tesón y fuerza de voluntad, conseguí engancharme. ¡Y de qué forma! ¡No podía parar de leer! Y es que Jasy, el primer libro de la trilogía, a pesar de las reticencias iniciales, es un libro genial y adictivo. Posiblemente, el mejor de la trilogía. Entendí por qué consideran a esta saga la más transgresora de la escritora. Muchos conceptos considerados tabú se dan cita a lo largo de sus capítulos, y aunque la manera de relatar los hechos por parte de Florencia es delicada y sutil, bien es cierto que muchas situaciones son muy comprometidas y te hacen reflexionar bastante.

Con el segundo libro (Almanegra), cambiaron un poco las cosas. Mientra que Jasy es fresco, trasgresor, mágico… el segundo libro es un poco repetitivo y bastante surrealista. Para empezar, tienes la sensación de que los protagonistas hablan constantemente en modo loop. Siempre comentan los mismos aspectos; se declaran su amor por activa y por pasiva; copulan como conejos (de hecho, estoy convencida de que el protagonista, Aitor, no es de este mundo); y se pasan páginas y páginas recordando situaciones pasadas en plan corta y pega. Todo ello aburre mogollón. De hecho, cansa muchísimo el tema sexual. Es de esos libros en los que, cuando presientes que los personajes van a tener relaciones, cierras los ojos y piensas con resignación: pfff, allá van otra vez estos dos. Cansino.

Sin embargo, por lo general, admito que Almanegra me gustó, y me enganchó tanto o más que Jasy, a pesar de que, a veces, como os digo, deseaba que se le gangrenara el pito al protagonista. ¡Madre mía!

Por eso, en cierto modo, no me pareció nada mal que en La tierra sin mal, el tercer y último libro de esta Trilogía del perdón, se redujera bastante el número de escenas de tipo sexual y se echara mano de ese recurso, tan poco valorado últimamente, llamado elipsis. A ver, siguen siendo monitos en celo, pero por lo menos el asunto no produce hartazgo. Sin embargo, reconozco amargamente que, ni por esas, me ha gustado este último libro. Ha sido una gran decepción, muy a mi pesar.

¿El motivo? No es porque la calidad de la narración haya bajado (sigue siendo magnífica), o porque no se resuelva todo bien (que se resuelve). Lo que me ha superado ha sido los protagonistas, y eso que llevaba más de dos libros conviviendo con ellos. Sin embargo, al ver que estos crecen y su evolución es nula, que los aspectos más negativos de su carácter no solo no maduran, sino que se acentúan… Todo se vuelve bastante decepcionante. La protagonista, Emanuela (Manú, Jasy, la niña santa…), con su actitud sumisa, me desborda. Aitor, finalmente, se me antoja odioso. Pienso que, entre los dos, se han cargado una trilogía que, en un principio, tenía una pinta asombrosa. Una pena.

Pero me explicaré…

Si me seguís, seguro que sabéis que en este blog hemos analizado con lupa el carácter de los protagonistas más dispares de la literatura. Específicamente, en lo que al sexo masculino se refiere, hemos conocido a todo tipo de machotes con diversas taritas: celosos compulsivos, masoquistas, dominantes hasta el paroxismo, adictos al sexo,… Así que no se nos caen los anillos a la hora de valorar a un nuevo adalid.

Y aunque, como digo, estoy hartísima de encontrarme con celosos y dominantes de toda índole, desde luego, no recuerdo haberme encontrado con nadie tan odioso como Aitor Ñeenguirú. Es machista, celoso, dominante, rudo, mal educado, desagradable, ignorante,… ¡lo tiene todo el hombre! Y lo peor de todo es que, a pesar de que es así, ni cambia, ni quiere cambiar, ni parece que a nadie le importe. Es más, se le consiente todo. ¡Es un tirano! Y, encima, la protagonista, que es una sumisa descerebrada de tres pares de narices, le aguanta cualquier cosa. Me da igual que sea un señor indígena del siglo XVIII. ¡No tiene nada que ver!

Bien es cierto que los protagonistas mantienen la misma actitud durante todos los años que recoge la novela. Sin embargo, hay actitudes que se le pueden permitir a niños y a adolescentes, pero que no se pueden pasar por alto a personas ya adultas. Como muestra un botón:

Ver spoiler: Ver spoiler +

Todo es increíblemente machista. Así que cuando me di cuenta de que la actitud de los protagonistas no solo no cambiaría, sino que se volvería más surrealista y demencial, el libro perdió bastantes enteros para mí. En consecuencia, perdió fuelle toda la trilogía. De hecho, mi ritmo de lectura cayó en picado, y dejé de prestar atención a los protagonistas (y a sus diálogos) para no volverme loca.

Supongo que habrá personas que dirán que, bueno, que, al fin y al cabo, estamos hablando de una pareja que supuestamente vivió hace varios siglos, donde tanto hombres como mujeres eran machistas hasta el paroxismo y, estas últimas, sumisas hasta la extenuación. Sin embargo, con unos personajes tan espléndidos, mágicos, casi místicos, creados por una narradora tan excepcional, una espera que estos crezcan, maduren y se conviertan en mejores personas. Si, en cambio, lo que resulta es una oda velada al machismo, a la dominación y sumisión irracional, y al consentimiento de todo ello… es algo que huele a culebrón de sobremesa que atufa, la verdad.

Posiblemente, si los protagonistas hubieran evolucionado en su relación, en vez de seguir teniendo un comportamiento infantil y pseudo-animal, mi valoración hubiera sido mejor. Desde luego, bajo mi punto de vista, no es la mejor saga de Florencia Bonelli. Otra decepción más de la mano de otra de mis escritoras favoritas.

Escrito por El Ojo Lector

Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)