Detrás de la máscara
de Adriana Rubens

La Revolución industrial ha convertido a Londres en una ciudad de grandes desigualdades económicas y sociales. Kathleen Sweeney nació en Whitechapel, uno de los barrios más pobres. Se habría convertido en lo que muchos considerarían una “rata de alcantarilla”, si no hubiera sido por un giro inesperado del destino, que ha hecho de ella la prometida del marqués de Dunmore. Pero un nuevo imprevisto amenaza con ensombrecer su porvenir: acaba de recibir en herencia el Jardín Secreto, un exclusivo prostíbulo. A Nicholas Richmond, marqués de Dunmore, la vida lo ha bendecido desde la cuna. Nacido en el seno de una de las familias más poderosas del país, está acostumbrado a que todo el mundo le rinda pleitesía. Se enorgullece de ser un hombre frío, que mantiene todos sus sentimientos controlados… hasta que el beso de una inocente muchacha se convierte en su obsesión y una misteriosa mujer enmascarada termina por robarle el corazón. ¿Podrá su amor vencer los prejuicios sociales y sobrevivir a los peligros que acechan desde Whitechapel?

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Reseña

Cuando terminé de leer Detrás de la máscara de Adriana Rubens, tuve unas extrañas ganas de hacer cambios (más!) en el blog, ya que se me hacía bastante difícil valorarlo. No es porque el libro sea especial o único, ya me había pasado con otros con anterioridad, pero sí que es cierto que después de terminar la mencionada novela, y plantearme ponerle una nota, la necesidad de hacer cambios se me hizo más acuciante.

Como sabéis, en El Ojo Lector, califico los libros de una a cinco estrellas, en función de la valía (a mi parecer) de la novela, saga o serie. Aunque esa calificación, normalmente, lo engloba todo, – su calidad, su mejor o peor final, el ritmo de la lectura – muchas veces he tenido cierta dificultad en ponerle notas a libros que se movían en los extremos. Es decir, a veces, me he encontrado con novelas pésimas pero que enganchaban mogollón y otras, con novelas un poco lentas, pero que, al final, merecían ser leídas porque eran buenísimas… ¿Como se valora entonces este tipo de libros? ¿Les pongo una estrella, aunque enganchen muchísimo y me hayan tenido en vela toda una noche? ¿Les pongo cinco, aún sabiendo que son libros que no engancharás y que costarán terminarlos?

Detrás de la máscara también se mueve en esos extremos, de ahí el problema para calificarlo. Como libro es un tanto caótico y naíf, con la típica historia de solteronas y bribones (aunque se intente plantear como algo tremendamente original) que a duras penas llega a dos estrellas en la calificación estándar. Pero, por otra parte, es una novela tremendamente adictiva, quizás al nivel de unas más que aceptables cuatro estrellas, ya que apenas he tardado unas horas en acabarla. Y, sin embargo, tampoco me parece que sea un libro con la calidad o enjundia suficiente para incluirlo en la selección Libros que enganchan. En fin, tendré que darle una vuelta a todo ello…

Volviendo al libro, Detrás de la máscara es la primera novela de Adriana Rubens, y ha obtenido cierto éxito de crítica. No en vano resultó ganadora del Certamen de Novela Romántica Vergara-RNR. Me ha gustado, sobre todo, la forma en la que escribe. Para ser su primera novela, está bastante bien; parece que haya escrito muchas más, de hecho. Sin embargo, aunque todas las críticas alaban su originalidad y frescura, según mi punto de vista, Detrás de la máscara no deja de ser una novela romántica más, de corte victoriano, y no demasiado buena.

Muchas diréis que lo que marca la diferencia  -y mucho- con respecto a otras novelas del estilo es que, en la de Rubens, señoritas reputadas y vírgenes, se codean con proxenetas, prostitutas y pederastas; y muchas lo veréis realmente original. Yo no digo que no lo sea, pero la verdad es que tanta originalidad, en la época en la que se desarrolla la novela, más que novedad y frescura, lo que aporta es que todo se vuelva bastante surrealista. La autora presenta como algo complicado – pero totalmente alcanzable – que señores de la alta sociedad se casen con ex-prostitutas o con dueñas de burdeles… cuando todos sabemos lo encorsetada que era la sociedad de aquel entonces. Sí, que es literatura y que se puede conceder una algunas licencias, pero… ¿hasta qué punto?

Otro asunto que no me ha gustado, y que suele pasar en este tipo de novelas, es que se utilizan términos demasiado modernos en los diálogos de personajes que supuestamente han vivido en pleno siglo XIX. No sé, que en los diálogos se incluyan, de manera tan desenfada, términos como «relaciones sexuales», «estrés»… en ese contexto, me resulta un poco raro, porque no los ubico en las bocas de los personajes. Vale que el término estrés, por ejemplo, se empezó a utilizar en medicina durante ese siglo, pero de ahí a que coloquialmente se hablara de ello (tan libremente como lo hacemos ahora) y que se pudiera sufrir de ello, habitualmente, sin balneario o baños de vapor de por medio… no me parece muy real. Y como digo, no es algo que pase solo en esta novela. No sé, cuando encuentro modernidades de este tipo, solo pienso en falta de documentación, la verdad.

Y por ultimo, otro detalle por el que pienso que Detrás de la máscara no ha funcionado conmigo, y de lo que no tiene nada de culpa Adriana Rubens, es que no me gustó la elección del protagonista. A ver, me explico. Tengo mucha imaginación, he leído mucha novela de este tipo, y tengo muy clara la clase de prota masculino que me suele gustar. Los malotes. Sí, ya lo sabéis, y seguro que también a vosotras os gustan. Por lo que cuando, a las pocas páginas de comenzar la novela, apareció en escena Connor McDunne (encima escocés), malote, guapote, todo ojazos verdes… ¡yo ya le adjudiqué el título de galanazo! Y ,cuando descubrí que solo tendría en esta historia el papel de secundario, ya nada fue lo mismo, la verdad… En fin, yo sola me lío… ¡¡Esta cabecita mía!!

Aunque empecé a leer Detrás de la máscara sin saber que se trataba de la primera parte de una serie (Serie Whitechapel), pronto, al percatarme de que el protagonista tenía varios hermanos, tuve bastante claro que este primer libro de Adriana Rubens no sería el último, aunque, honestamente, a medida que iba terminándolo, no tenía muchas esperanzas de seguir leyendo mucho más al respecto. Sin embargo, cuando acabé el epílogo final, supe que sí que volvería a leer algo más. Un libro más por lo menos. El siguiente de la serie. Ya que trata sobre el escocés sexy y malote del que os hablaba antes… ¡¡Ainss!! ¡Qué loca! ¡Malditos escoceses y malditos kilts! Espero que esa nueva entrega me guste un poquito más.

Escrito por El Ojo Lector

Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)