Flower. Un amor intenso.
de

Juro por lo más sagrado que, después de terminar Flower. Un amor intenso de Elisabeth Craft y Shea Olsen, me niego a volver a leer ningún libro más sobre chicos malotes. De hecho, ya había tomado la decisión hace bastantes meses, pero confieso que he sido débil. Sí, otra vez. En cuanto vi, en la sinopsis del libro, las palabras estrella del rock fui de cabeza a por él, obviando, por supuesto, que se trataría de una novela facilona, que me engancharía muchísim0 y que, después de leerla, me dejaría exactamente igual.

El instante preciso en que los destinos se cruzan
de

«El instante preciso en que los destinos se cruzan» llegó por casualidad a mi vida, y lo hizo para quedarse. Se coló en mi lista de pendientes sin hacer ruido, con su portada un poco sosaina y su título increíblemente largo. Empecé a leer, y ya nadie pudo pararme. Esta novela de Angélique Barbérat te absorbe y, a

Lo verdadero es un momento de lo falso
de

Lo verdadero es un momento de lo falso fue uno de los primeros libros que se recomendaron en ConvénZeme — el programa de Be Mad, cuya lista de recomendados actualizamos cada domingo —, y confieso que llamó poderosamente mi atención. Me hizo recordar que, allá por los finales y comienzos de siglo, yo me consideraba muy fan de Lucía Etxebarria.

Miss zapatos de lujo
de

«Miss zapatos de lujo» de Ana Canterero no es que sea un hito en la historia de la literatura, ni siquiera de la chick-lit, sin embargo, opino que es una novela honesta, que está bien escrita, que engancha, que no se va por las ramas, que no decae hasta el final y que no tiene a una protagonista tarada a la que quieres matar. Y, a estas alturas de la película, todo esto se valora…

La chica de Pablo
de

Cuando leí la sinopsis de La chica de Pablo de Naiara Domínguez, no sabía que era una novela fanfic y que el protagonista era Pablo Alborán. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera leído ni loca. Por un lado, la fanfic genera en mí sentimientos contradictorios. En lo concerniente a personajes literarios puedo llegar a entenderla e, incluso, a valorarla. Cuando se trata de personajes reales… me parece bastante raro y, desde luego, algo muy encaminado a un tipo de público muy concreto: las fans.