Un relámpago apenas

Besas como si fueras a comerme.
Besas besos de mar, a dentelladas.
Las manos en mis sienes y abismadas
nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme

me declaro vencido, si vencerme
es ver en ti mis manos maniatadas.
Besas besos de Dios. A bocanadas
bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,

tiras de mi raíz, subes mi muerte
a flor de labio. Y luego, mimadora,
la brizas y la rozas con tu beso.

Oh Dios, oh Dios, oh Dios, si para verte
bastara un beso, un beso que se llora
después, porque, ¡oh, por qué!, no basta eso.

Blas de Otero
Angel fieramente humano, 1950

«Un relámpago apenas» es, quizás, mi poema favorito. Digo «quizás» porque, mientras lo escribo, pienso en otros muchos poemas que también podría considerar mis preferidos. Sin embargo, si he escogido estos versos como «primeros» para aparecer en esta antología poética que es «El Poema de la Semana» pienso que se debe a algo.

Como pone en el pie, fue escrito por Blas de Otero un autor que siempre me ha gustado bastante. Podéis ver su biografía en la Wikipedia, pero, básicamente, fue un señor que, como muchos, tuvo una época en la que estuvo obsesionado con la religión, luego se pasó al existencialismo y, más tarde, a la poesía social, aspecto por el que es más conocido. «Ángel fieramente humano» pertenece a su época existencialista. Consta de 18 sonetos y 16 composiciones libres o semilibres. Son poemas con cierto clacisismo en los que el autor, mediante la poesía, intenta buscar una razón vital para resolver su problema existencial y el estado anímico en el que se encuentra. «Un relámpago apenas» es un soneto y trata, efectivamente, sobre todo lo que hemos comentado.

A tener en cuenta

• El poema está placado de «m» (oclusiva bilabial). Es una aliteración que hacer referencia a «el beso» y a la forma de besar.
• ¿No os recuerda este poema a «El Beso» de Gustav Klimt?

Espero que os haya gustado.