Ready player one
de Ernest Cline

Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrí­o mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la culturade finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio, y, a partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar; pero para hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse a la vida y al amor en el mundo real, del que siempre ha intentado escapar.

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Reseña

Solo hay que echar un vistazo a las últimas reseñas publicadas en el blog para darse cuenta de que últimamente no estoy teniendo mucha suerte con los libros. Yo misma, a veces pienso que estoy maldita, y me entra un poco de angustia al pensar que posiblemente nunca más vuelva a disfrutar de la lectura como lo hacía antes. En ocasiones, pienso que el problema reside en que  tengo unos gustos muy específicos. He leído tanto al respecto, han pasado por mis manos tantas copias de copias que me ha hastiado. Cuando empiezo un libro de esos que me gustan, pienso que, aunque lo disfruto, en realidad no estoy leyendo nada que no haya leído antes muchas veces. Soy como esas personas que nunca dicen que no a un buen potaje que les encanta aunque saben que les sienta mal, y que rehusan probar, de vez en cuando, una buena ensalada o un simple pollo a la plancha, porque piensan que no les va a saciar tanto o no está en su onda.

Y es que, irremediablemente (y es una gran verdad/problema), hay géneros que no toco, bien por pereza o por falta de interés. Por ejemplo, a este Ready player one no le hubiera dado ninguna oportunidad si no hubiera sido porque aparecía entre los libros más valorados y venidos de cierta web. Si lo hubiera visto en el anaquel de cualquier librería, hubiera pensado que se trataba de una pseudocopia de El juego de Elder; un libro que, en su momento, disfruté muchísimo, pero que me daría pereza volver a releer.

De cualquier modo, fue una verdadera suerte dar con este libro de Ernest Cline. Hacía bastante que un libro no se llevaba las cinco estrellas y este se lo merece con creces. Engancha muchísimo, no puedes parar de leer, y aunque la trama puede parecer no accesible o poco seductora para muchos, realmente merece la pena darle una oportunidad.

Ready player one se desarrolla en un mundo distópico, tan destruido, que sus habitantes hacen uso de la realidad virtual, no solo para evadirse, si no para estudiar, trabajar o relacionarse. En Oasis, – el nombre de esta realidad paralela -, como si de un juego de rol se tratarse, puedes crear tu  propio personaje, que tendrá la experiencia o el dinero que tu devenir en esa realidad conlleve. Cuando el creador de Oasis muere, este deja su multimillonario imperio a expensas de una excéntrica competición donde el conocimiento de los participantes sobre la cultura de los 80 es algo decisivo. Recordemos que la novela se desarrolla en 2044, más de 50 años después del final de la mítica década.

Por lo que os he contado y por la reseña más arriba, muchos pensareis que es una novela un tanto freaky, y, en ese aspecto, no os equivocáis. Aparecen muchas referencias a videojuegos, música, novelas y cine de la mítica época. Sobre todo, de lo primero. En su defensa diré que, aunque yo soy un poco freak, mi andadura particular en lo que a videojuegos se refiere empezó un pelín más tarde, y, aún así, no me he sentido en ningún momento fuera de onda. Sí, no he jugado a ninguno de los juegos que se mencionan y tampoco he visto o escuchado muchas de las películas o canciones que aparecen en la trama. Sin embargo, todo junto, en la novela, en la competición, se hace treméndamente apetecible.

En este sentido, quizás el gran acierto de esta novela sea la competición en sí misma. Empecé a pensar que Harry Potter era algo más que una saga de novelas para niños en el tercer libro (El prisionero de Azcabán), sin embargo, fue en el cuarto libro, El cáliz de fuego, cuando empecé a fliparlo en colores, y tengo que reconocer que tuvo mucho que ver el asunto de la competición, los acertijos y misterios que se desarollaban a lo largo de la historia. Algo parecido me ocurrió cuando leí Amos y mazmorras. Supongo que comparar libros de la temática de Ready player one o Harry Potter con la saga de Lena Valenti es un poco «aberración», sin embargo, aunque pueda parecer extraño, lo que me llamó la atención de aquellos libros no fue la capacidad de los protagonistas de fornicar en cualquier sitio de cualquier manera, fue el asunto de la competición y sus misterios.

Por lo tanto, que en la novela del Ernest Cline hubiera algo de esto, fue un punto realmente a su favor. La competición, a modo de gymkana frenética, es muy seductora, y realmente lo que engancha de libro. Luego tenemos alguna que otra historia de amor, y como buen libro distópico una excelente reflexión sobre el mundo actual, la soledad tecnólogica, el miedo a no ser aceptado, y el valor de lo interior en contraposición a lo que se ve en el el exterior.

Por otra parte, también soy consciente de que en muchas ocasiones he criticado las novelas revivals; en concreto, aquellas que hacen de la añoranza de muchos una nueva forma de ganar dinero. Es el caso, por ejemplo, de Sinfonía de silencios de Lidia Herbada. Sin embargo, Ready player one, aunque es una especie de elegía a todo lo que supuso cultural y tecnológicamente la década de los 80, no cae en eso de la-añoranza-por-que-sí. Sí, resulta agradable sumergirte en aquella época que muchos vivimos en menor o en mayor medida, pero es, simplemente, parte del decorado. La trama tiene igual o más fuerza incluso que el contexto evocador en el que se desarrolla o del que bebe.

En definitiva, una gran novela que no os podeis pedir. Sin lugar a dudas, un MUST-READ!!

Escrito por El Ojo Lector

Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)