La "y griega" ahora se llama "ye"

La «y griega», ahora, llamada «ye»

Para cuidar la escritura, a veces, es fundamental leer mucho. Como ambos aspectos van tan de la mano, he pensado que sería interesante comentar en este blog de libros una de mis dudas de escritura más existenciales (si es que en gramática hay dudas existenciales). Cuando yo era más joven, es decir, cuando estaba en el colegio, le daba una nula importancia a esto de escribir bien. Redactaba como me daba la gana y, en mi interior, existía una total ignorancia hacia todo lo relacionado con la gramática y la sintaxis. Lo veía todo tan relativo, las normas (que nunca conseguía memorizar, por cierto) me parecían tan irracionales, tan subjetivas, que, sinceramente, donde respiraba, ponía una coma, donde tragaba un punto y, cuando no sabía que poner, utilizaba puntos suspensivos. Sobre el punto y coma… ¡¿qué es el punto y coma?!

Años después, di con un profesor de Lengua y Literatura de esos únicos e irrepetibles. Pasó como aquellas veces en las que te tocaba un profesor de Matemáticas que te motivaba y te hacía pensar que los numerajos de la pizarras tenían sentido. Mi profesor de tercero de BUP y COU me enseñó a expresarme por escrito decentemente, sobre todo, a interesarme en la redacción y a entenderla.

Mi vida cambió y, a partir de entonces, a medida que me hago mayor, más puntillosa me vuelvo con la expresión escrita, el uso de comas y concordancias. Me estresa muchísimo no encontrar sinónimos para no repetir expresiones y palabras, y me encantan los ordenadores de discurso. Para colmo de los colmos, tuve, durante la carrera, dos bonitas asignaturas de Lengua Instrumental donde se rizaba el rizo de tal manera, que agudizó este afán de perfección de manera notoria. No os podéis ni imaginar las triquiñuelas, las conspiraciones judeo-masónicas que esconde la lengua de Cervantes… Como os digo, a mí, a veces, me hace perder la chaveta.

No sé si también alguno de mis profesores me lo comentó, pero lo cierto es que, en mi casa, siempre se ha dicho que delante de «y griega» (que ahora se llama «ye») no se pone coma. La verdad es que es un asunto que nunca he puesto en duda porque lo veía de cajón. En una enumeración, es lógico que los términos vayan separados por comas a excepción del penúltimo y último, que van separados por una conjunción disyuntiva «y», «o» o «ni». Como, por ejemplo, «en el cesto encontró una pera, una manzana, un kiwi y un zapato«, nada de «una pera, una manzana, un kiwi, y un zapato«.

Una coma delante de una «ye» es algo que siempre me ha sacado de quicio. De hecho, muchas veces, cuando veía algo así escrito me burlaba de la poca cultura del escritor. ¡Una «ye» delante de una coma! ¡Paleto! Y mi vida se estaba volviendo insorportable ya que, últimamente, libro que leo, libro que utiliza este tipo de «expresiones». Un poco indignada, de una vez por todas, he acudido a la Real Academia Española, en concreto, al Diccionario Panhispánico de Dudas y me he dado con los morros en el suelo.

¡En algunos casos, si se puede utilizar coma delante de «ye»! De hecho, en estos supuestos, es aconsejable y necesario incluirla. ¡Me he quedado muerta! ¡Todos estos años he vivido en una mentira de comas e «y griegas»! Y lo peor de todo es que sigo sin entender la necesidad de incluir una coma en expresiones como ésta: «Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda». ¿Es que, si quitamos la coma, la oración toma un significado distinto? ¿Es que enfatiza algo? No lo entiendo, así que, supongo, me costará lo mío habituarme a utilizar coma antes de «ye».

2. Uso con las conjunciones copulativas y disyuntivas

El uso de la coma es incompatible con las conjunciones y, e, ni, o, u cuando este signo se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado (? 1.2.1 y 1.2.2). Sin embargo, hay otros casos en que no solo el uso conjunto de la coma y la conjunción es admisible, sino necesario:

2.1. En una relación compuesta de elementos complejos que se separan unos de otros por punto y coma, delante de la conjunción que introduce el último de ellos se escribe una coma (o también un punto y coma; ? punto y coma, 3a): En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.

2.2. Se escribe coma delante de estas conjunciones cuando la secuencia que encabezan enlaza con todo el predicado anterior, y no con el último de sus miembros coordinados:

Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda.

No sé si ir de vacaciones a Francia o Italia, o quedarme en casa.

2.3. Cuando se enlazan miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, si el último de ellos es semánticamente heterogéneo con respecto a los anteriores (es decir, no introduce un elemento perteneciente a la misma serie o enumeración), por indicar normalmente una conclusión o una consecuencia, se escribe coma delante de la conjunción: Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado.

2.4. Es frecuente, aunque no obligatorio, que entre oraciones coordinadas se ponga coma delante de la conjunción cuando la primera tiene cierta extensión y, especialmente, cuando tienen sujetos distintos: La mujer salía de casa a la misma hora todas las mañanas, y el agente seguía sus pasos sin levantar sospechas; O vienes conmigo antes de que pierda la paciencia, o te quedas aquí para siempre.

2.5. Cuando la conjunción y tiene valor adversativo (equivalente a pero), puede ir precedida de coma: Le aconsejé que no comprara esa casa, y no hizo caso.

2.6. Debe escribirse coma delante o detrás de cualquiera de estas conjunciones si inmediatamente antes o después hay un inciso o cualquier otro elemento que deba ir aislado por comas del resto del enunciado: Mi abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo fundaron una revista literaria;Puedes venir con nosotros o, por el contrario, quedarte en casa todo el día.

Escrito por El Ojo Lector

Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)